¿Sabías que ningún documento extranjero vale en Brasil si no ha sido debidamente traducido por un traductor público nombrado por el registro mercantil?
Documentos oficiales, como diplomas, expedientes académicos, documentos de identidad, partidas de matrimonio y nacimiento, entre otros, que hayan sido emitidos en otros idiomas solamente pasan a surtir efectos jurídicos en Brasil si van acompañados de su traducción oficial.
La traducción jurada consiste en una traducción hecha por un traductor que haya aprobado en concurso oposición y esté apto y matriculado en el registro mercantil del estado en que tiene su domicilio. Luego, no basta con llegar a Brasil y contratar a un traductor particular o traducir los documentos personalmente (en caso de los extranjeros que dominan el idioma portugués): hay que cumplir la determinación del Decreto Federal 13.609/43, que reglamenta la traducción jurada y establece otras disposiciones sobre el tema.
En este trámite, la notaría o el notario pueden confirmar, a través de una página web correspondiente a la autoridad emisora, la autenticidad del documento digital con un código de verificación que se refiere al documento. También se conoce como confirmación de código de veracidad o autenticidad.
Se trata del reconocimiento hecho por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil. Se lleva a cabo por una firma documental del traductor público, de la autoridad o aun de un funcionario de la notaría.
Este reconocimiento es llevado a cabo por una autoridad diplomática, brasileña o extranjera, que actúe en el país en que está ubicado o haya sido emitido un documento para que tenga valor y eficacia. Es conocido también como legalización consular.
Se trata de la traducción de un documento escrito en la lengua del traductor a cualquier otro idioma.
Consiste en el proceso de traducir un texto o documento redactado en cualquier idioma extranjero a la lengua del traductor.
Se trata del nombramiento de traductores que no hayan aprobado un concurso oposición en caso de que no existan traductores públicos acreditados disponibles. Por ejemplo: supongamos que alguien necesita la traducción de un documento en urdu o hebreo antiguo y no hay ningún traductor público disponible en el país – en este caso, se autoriza por la vía legal el nombramiento de un traductor, que puede ser autorizado o recomendado por el registro mercantil del estado o una misión diplomática del país en que se emitió el documento.
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